Yofre Cotrina Morán, natural del centro poblado Túpac Amaru, del distrito Jesús de la provincia de Lauricocha en Huánuco, siempre sobresalió por sus buenas notas en su etapa escolar. De niño, tenía una meta clara: ingresar a la universidad; sin embargo, al culminar su educación secundaria debió postergarla para ayudar a su familia trabajando en diversos oficios, y hoy ya egresó de la carrera de Educación Secundaria, con especialidad en Matemática y Física. Su nueva meta es crear una academia preuniversitaria para preparar a los jóvenes de escasos recursos económicos para que logren ingresar a una universidad pública.

Con el apoyo de amigos, Yofre ha logrado dar clases gratuitas a más de 40 egresados del colegio que también quieren transformar sus vidas a través de la educación. Las sesiones se dictaron a través de videollamadas. “Tuvimos la satisfacción de que algunos lograron ingresar a diferentes universidades”, comenta emocionado el ganador de la Beca Permanencia del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación.

Ahora, Yofre sigue con la meta de incluir más cursos y temas de aprendizaje para formar una academia preuniversitaria, por lo que está definiendo cargos, seleccionando a nuevos profesores, buscando espacios en los que puedan dictar las clases y otros detalles. Su objetivo, reitera, es ayudar a que la buena enseñanza llegue a todos los rincones del país.

“En ciudades hay bastantes talentos, pero por su baja economía no logran estudiar, situación que yo viví en su momento. Ahora quiero ayudar a que más jóvenes que viven esta condición sí puedan reforzar sus conocimientos y estudiar la carrera profesional que quieran”, resalta el talento de 27 años.

Un camino de esfuerzos
Desde su niñez, Yofre vio el esfuerzo de su madre al trabajar en diferentes oficios para solventar las necesidades de su familia. Él y sus hermanos la apoyaban laborando en chacras y vendiendo productos; sin embargo, su madre les enseñó una regla desde pequeños: primero se hacen las tareas del colegio y luego las de la casa. Este principio los motivó a que sean aplicados y sobresalgan en los estudios. “Siempre teníamos buenas calificaciones, las que mi madre las revisaba con una sonrisa.

Esos momentos eran los que más disfrutaba ella”, comenta el talento. Al acabar la secundaria, postuló a una carrera de ingeniería de la Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión, pero no ingresó. Tras ello, al ver que su familia requería de apoyo, se dedicó a trabajar. Ganó experiencia en diferentes rubros, como la carpintería y construcción, y años después decidió buscar nuevas oportunidades en Lima. No obstante, su anhelo de convertirse en profesional lo impulsó a trabajar, incluso de madrugada, y a estudiar a la vez en una academia preuniversitaria, pero la extenuante rutina le impidió seguir.

Regresó a su región para trabajar en una mina y apoyar a su familia, en especial en la preparación preuniversitaria de sus hermanos menores, pero ellos decidieron seguir otros oficios. “Entonces decidí apostar nuevamente por convertir mi sueño en realidad. Renuncié a mi trabajo para postular esta vez a Educación Secundaria en la especialidad de Matemática y Física”, cuenta. Pasaron seis años desde su primera postulación a la misma casa de estudio, pero en esta ocasión lo hizo con mayor preparación y seguridad de la carrera. “Sabía que iba a ingresar y así pasó”, agrega.

La Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión ofrece 27 programas de estudio; entre ellos, Medicina Humana, Odontología, Ingeniería de Minas, Ingeniería Geológica, Ingeniería de Sistemas y Computación y Economía. Fue fundada en 1965 y obtuvo el licenciamiento institucional en el 2019 por la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu). Su sede central se ubica en la ciudad de Cerro de Pasco y sus filiales en Pasco y Junín.

Yofre comenzó su carrera a los 22 años, en la que destacaba pese a que seguía trabajando en paralelo. Cuando estaba por acabar el tercer ciclo, una compañera le comentó sobre la Beca Permanencia, que cubre costos académicos y no académicos durante la formación profesional en una universidad pública. Postuló y se dio con la sorpresa de ser uno de los ganadores. “No lo podía creer, mi felicidad era desbordante. Esta beca me ha aliviado bastante, y ahora busco apoyar a más talentos”, menciona, y añade que uno de sus primeros pasos es a través de la academia preuniversitaria.

El talento Pronabec menciona que otra de sus metas a futuro es dirigir un colegio cercano a su comunidad, de la que surjan expertos en conocimientos académicos a nivel nacional e internacional. “Con esfuerzo, responsabilidad y perseverancia todo se puede en la vida. Nunca se rindan. Nunca es tarde para iniciar y avanzar, solo hay que seguir adelante”, subraya.