El Programa Nacional de Investigación Científica y Estudios Avanzados (ProCiencia), unidad ejecutora del Concytec, culminó con la ejecución del proyecto sobre la diversidad y uso potencial de las macroalgas en la costa central del Perú, la cual beneficiaría a pescadores artesanales, profesionales e instituciones dedicadas al estudio y manejo de recursos biológicos marinos así como empresas procesadoras de algas debido a su gran variedad de usos, que aún no son explotadas en el país.

Cabe mencionar que, desde épocas remotas, las macroalgas fueron utilizadas por países asiáticos en la medicina y en el consumo humano. Desde el punto de vista industrial se conoce que estos organismos son importantes porque presentan polisacáridos (ficocoloides) como el agar, el carragenano y el alginato, Actualmente su aplicación potencial trasciende varias industrias: alimentaria, productos farmacéuticos, agricultura, alimentos funcionales, medicina, combustibles renovables, envases biodegradables, biorremediación y en la cosmética.

Ejemplos de la versatilidad del uso de estos polisacáridos, es el caso del alginato obtenido de las algas pardas, que se aplica como espesante para cremas, tintas de impresión textil y otros productos. En odontología se usa en el procedimiento para la fabricación de distintas prótesis. En tecnología de los alimentos se utiliza como agente estabilizante, gelificante, espesante y formador de películas que ayudan a prolongar la vida útil de los alimentos. Además, que ya se ha ganado un lugar privilegiado en la, ahora, famosa cocina molecular donde es uno de sus ingredientes estrella para distintos platillos de alta cocina.

No obstante, existe actualmente un número muy reducido de macroalgas que es aprovechado para el consumo humano en el país, mientras que, solo tres especies son exportadas como materia prima para la obtención de ficocoloides. En ese contexto, el proyecto “Diversidad de Macroalgas de la Costa Central del Perú usando códigos de barras de ADN, en las Perspectivas de sus Usos Potenciales Y Aplicaciones Biotecnológicas”, se realizó para generar conocimiento de las macroalgas presentes en la costa central del Perú, empleándose herramientas clásicas y moleculares, con la finalidad de que puedan ser usadas para el consumo humano y para la industria, manteniendo así la sostenibilidad del recurso y su medio acuático.

Gracias a este proyecto en el cual se usó la taxonomía tradicional y la técnica de las herramientas de biología moleculares, se logró identificar un aproximado de cien especies de macroalgas que incluye a las del Phylum Chlorophya, Phylum Rhodophyta y Clase Phaophyceae.

El proyecto en mención reporta la alta actividad antioxidante de metabolitos secundarios de la especie invasora Caulerpa filiformis (Chlorophyta) sugiriendo así una posible fuente de antioxidantes que podrían contribuir con el tratamiento y la prevención de enfermedades relacionadas con el estrés oxidativo, es decir, aquellas que producen un deterioro de los tejidos y, por tanto, la aparición de diferentes patologías además del envejecimiento prematuro.

Asimismo, se concluyó en que la extracción de las algas pardas (Phaeophyceae) genera a las empresas procesadoras de algas un gran beneficio económico logrando utilidades de hasta el 100% de lo que pagan a los pescadores artesanales por la colecta sin valor agregado.

Finalmente, el éxito de este proyecto ameritó dos publicaciones científicas, dos guías de campo, un catálogo ilustrado, tres afiches de las principales especies de macroalgas, un herbario seco y húmedo que contó con el aporte de ocho profesionales especialistas en Ficología (estudio científico de las algas). Además, se formó un grupo de trabajo con integrantes nacionales e internacionales interesados en las macroalgas para la continuación de los estudios en usos potenciales y aplicaciones biotecnológicas.

EL DATO
“Diversidad de Macroalgas de la Costa Central del Perú usando códigos de barras de ADN, en las Perspectivas de sus Usos Potenciales Y Aplicaciones Biotecnológicas”, fue ganador en el área de Proyectos de Investigación Básica y Aplicada del año 2015. Su ejecución duró dos años y medio (2015-2018) y estuvo liderado por Patricia Liliana Gil Kodaka, investigadora principal proveniente de la Universidad Nacional Agraria La Molina.