En el marco del Día Mundial de Concientización de la Epilepsia, conocido también como “Día Púrpura”, se estima que, en el Perú, 20 de cada 1000 personas tendría epilepsia, una enfermedad frecuente que se suele identificar cuando los pacientes tienen crisis o convulsiones, informó el director general del Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas (INCN), Dr. Jorge Medina.

El especialista explicó que la epilepsia se produce por causas congénitas, post infecciosas, por parásitos, post traumáticas, metabólicas o malformaciones vasculares. Las crisis pueden ser psicomotoras, motoras, sensitivas, sensoriales y pueden afectar la calidad de vida de quienes la padecen.

“La atención de esta enfermedad no es solo por parte del neurólogo, también deben participar los psicólogos y psiquiatras para dar una atención integral. Recordemos que si las convulsiones se presentan cuando la persona es adulta puede conllevar la depresión u otras afecciones dado que la persona pierde su autoestima, la confianza en sí mismo y ahí es importante otro tipo de acompañamiento para el paciente y su familia”, señaló el doctor.

Precisó, además, que la mayoría de los pacientes pueden llevar su vida de manera normal con un tratamiento médico, llevando una vida saludable que incluya el cuidado de las horas de sueño, una alimentación saludable y buscando reducir el estrés.

El doctor Medina señaló que para la epilepsia también existe la cirugía, y esto se aplica cuando son pacientes refractarios al tratamiento médico, con 50 a 80 convulsiones diarias. “Estos casos ascienden al 30 %”, dijo.

Cabe indicar que en el Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas, también conocido como Hospital Santo Toribio de Mogrovejo, se han realizado cirugías a más de 120 pacientes en los últimos años.

“Se calcula que son 660 000 pacientes con epilepsia en el Perú y de estos solo el 15 % recibe atención en el Instituto de Ciencias Neurológicas, debido a que muchos pacientes de distintas regiones del país son derivados a este centro”, señaló el neurocirujano.

Ante el retorno a clases presenciales, el especialista recomendó que se realicen evaluaciones psicológicas para poder reconocer patrones en los niños que podrían desarrollar esta enfermedad y hacer el diagnóstico adecuado anticipando a las convulsiones.