Ubicado entre los distritos de San juan de Lurigancho y El Rímac, El Cerro San Cristóbal, más que un lugar representativo del país, es el hogar para 64 mil peruanos. Ahora, este emblemático punto turístico de la capital tiene un nuevo rostro. Esto gracias a un mega mural conformado por Chakanas Multicolor, impulsado por el Proyecto Arcoíris, de la empresa Qroma.

Esta gran intervención artística tiene como objetivo impactar de manera positiva en las percepciones de seguridad, sentimientos de orgullos, sentido de pertenencia, limpieza del barrio y confianza colectiva entre los miembros de la comunidad; además de incentivar el turismo y la creación de negocios locales. El simbolismo de las Chakanas representa la conexión de la comunidad del Cerro San Cristóbal, como parte de un propósito de crecimiento colectivo y prosperidad. Además, el arte representa la herencia cultural e identidad del barrio de Leticia.

“Proyecto Arcoíris, iniciativa de Qroma, llegó al Cerro San Cristóbal para celebrar el aniversario de nuestra capital y el Bicentenario del Perú en el barrio de Leticia. Gracias a un trabajo articulado con el colectivo artístico local Color Energía, Aporta – la plataforma de impacto social de Breca –, los vecinos y el respaldo de la Municipalidad de Lima, se han muralizado aproximadamente 304,200 metros cuadrados, para cambiar percepciones y comportamientos en el espacio.”, indicó Rodrigo Mejía, CEO de Qroma.

Más de 10,000 vecinos del barrio Leticia han formado parte de este proyecto al voluntariamente prestar sus fachadas para el pintado de esta obra y participar activamente en su ejecución. Sus viviendas son parte del primer macro mural en su barrio y en el Perú, el cual hoy es una realidad y puede verse desde el parque de la Muralla con precisión y otras zonas de Lima.

La empresa de pinturas Qroma, que viene repotenciando distintos espacios en Lima gracias al Proyecto Arcoíris, señala que la pintura ayuda a modificar conductas y percepciones en los entornos donde se ejecuta, como lo demuestran sus intervenciones anteriores. Además, precisa que la pintura es un primer paso para el desarrollo, es una oportunidad de generar vínculos de confianza entre la comunidad y fomentar su organización y visibilidad del potencial que tiene su barrio, lo cuál es la base para el desarrollo local.