Lima.- La mayoría de nosotros enviamos mensajes por WhatsApp, subimos fotos a Instagram, vemos videos de YouTube, escuchamos canciones en Spotify y le damos instrucciones a Alexa o al Asistente de Google, ¿sabías que estas acciones cotidianas tienen un efecto sobre el medioambiente y el cambio climático? Por ejemplo: la energía que se consume para enviar un “post” genera 0,02 gramos de CO2y los 500 millones de “posts” que se publican cada día ¡producen un total de 10 Tm de CO2 diarias!

Para que las webs, plataformas y servicios de internet puedan funcionar, se necesitan centros de datos que operen las 24 horas del día los 365 días del año, conjuntamente con las redes de comunicación y dispositivos que envíen y reciban la información, y por lo tanto,en su fabricación y mantenimiento consumen energía.El Foro Económico Mundial estima que el sector digital es responsable de la emisión del 1,4% de los efectos de gases invernadero y se calcula que la huella energética equivale es de 7 % del consumo mundial de electricidad.

Sin embargo, al mismo tiempo, el avance de la tecnología y la digitalización, apalancadas en buenas prácticas de gestión energética sostenible, contribuyen en la lucha contra el cambio climático y son aliados decisivos en la protección del medio ambiente. La digitalización permite optimizar todo tipo de recursos y crear cadenas de suministros sostenibles en empresas de todos los sectores así como cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible.

Esta semana culminó en Glasgow (Reino Unido) la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26). El evento reunió a representantes de más de 200 países con el objetivo de acelerar la acción climática asumiendo el compromiso con un modelo energético sostenible. En dicho evento se discutió la urgencia y las oportunidades de avanzar hacia una economía neutra en carbono.Para ello hay que impulsar las energías renovables, los vehículos eléctricos, el acero verde, el hidrógeno verde, la agro ganadería sostenible, entre otros,y promover el desarrollo de las regulaciones necesarias que favorezcan su implementación.

Las políticas para mejorar la eficiencia de productos eléctricos y equipos son efectivas para generar ahorros de energía y emisiones, y pueden hacer que el resto de la transición a la energía limpia sea más barata, más fácil y rápida.La próxima generación de dispositivos conectados a Internet y tecnologías digitales está abriendo una nueva frontera para la política de eficiencia de productos, la iluminación conectada por ejemplo puede ser un gran aliado de la transición hacia un futuro más ecológico y digital porque ofrece ahorros energéticos y conecta dispositivos y personas. Además, según el estudio de Accenture, la migración a la nube puede llegar a suponer hasta un 65% de reducción de consumo energético y de un 84% de emisiones de carbono. Y con aplicaciones sostenibles esta reducción puede llegar hasta el 98%.

Nuestro país es responsable del 0,4% de las emisiones de CO2 a nivel global y en el compromiso asumido en la COP26 se apuesta por la electrificación renovable de la economía y la economía circular. Por ello es necesario agotar todos los esfuerzos para construir institucionalidad, un marco regulatorio que pasa por tomar decisiones gubernamentales en normativas como el reglamento de generación distribuida por ejemplo, sabiendo que los sectores de energía y transporte en el Perú generan aproximadamente un tercio de las emisiones de carbono del país.

El sector de insumos eléctricos ha contribuido a promover la digitalización y eficiencia energética en la industria peruana, en segmentos tan esenciales y diversos como edificios, infraestructura, entre otros, a través de arquitectura abierta e interoperable, para la eficiencia, sostenibilidad y ciberseguridad de las empresas.

Desde Epei Peru como gremio que agrupa al 65% de las marcas más importantes de la industria formal que comercializan productos eléctricos de origen internacional,se recalca que es prioritario el uso de productos de calidad que cumplan normas técnicas nacionales (basadas en referencias internacionales) y estándares mínimos de calidad. “La seguridad eléctrica es la base de la pirámide que facilita la implementación de la gestión energética y sobre ello la sostenibilidad y la digitalización: Sin seguridad eléctrica, no se consigue ahorro de energía, sin ello no es posible la sostenibilidad y mucho menos la digitalización”.