Lima.- Sin ingeniería, no hay futuro sostenible para el Perú, ya que el desarrollo de tecnologías, métodos y soluciones son fundamentales para el desarrollo saludable de la sociedad. La ingeniería es una de las carreras más polifacéticas y, a la vez, menos conocidas. Dentro de las disciplinas que la componen, se encuentran dos cuyo propósito está directamente enfocado en la salud de las personas.

“La Ingeniería Sanitaria y la Ingeniería de Higiene y Seguridad Industrial tienen en común una formación de base rigurosa en la matemática, la física, la química, la microbiología, la epidemiología y la mecánica de fluidos. En nuestro país, el Capítulo de Ingeniería Sanitaria y de Higiene y Seguridad Industrial (CISAEHSI), dentro Colegio de Ingenieros del Perú, es el responsable de representar, promover, normar, controlar y defender el desarrollo del ejercicio profesional de estas especialidades”, comenta Idan Cabello, ingeniero de Higiene y Seguridad Industrial que se postula como presidente al CISAEHSI.

Por su parte, Carlos Alvarez, especialista en Ingeniería Sanitaria y candidato a la vicepresidencia del CISAEHSI, añade que “la pandemia del COVID-19 ha puesto a prueba la resiliencia de la sociedad y el aporte de nuestras especialidades debe continuar superando retos operacionales para tener una activación productiva y segura, y una recuperación económica con los servicios básicos de saneamiento”.

En ese sentido, ambos especialistas comparten, desde su punto de vista, cuáles son los más grandes retos de la ingeniería a la salud en esta nueva normalidad:

Gestionar riesgos asociados a los desechos, las aguas residuales y el tratamiento de los residuos sólidos bio-contaminados propios de este contexto, teniendo en cuenta que los patrones de consumo y de generación de residuos han sido modificados.

Liderar el cambio para construir una cultura de la seguridad desde niveles directivos que comprometa a los trabajadores y empodere a los responsables de Seguridad, Salud y Ergonomía en el Trabajo.

Fortalecer la gestión organizativa, técnica, financiera y administrativa de los servicios de agua y saneamiento, y sus respectivos planes de emergencia, considerando esta tarea aún más necesaria en el contexto del COVID-19.

Anticipar los riesgos nuevos y emergentes asociados al factor humano, pues el mundo del trabajo, las tecnologías y las percepciones cambiaron para siempre y deben ir acompañados de una bien estudiada actualización curricular y normativa.

Los colegiados de estas especialidades se desempeñan en el sector público, la empresa privada, los organismos de cooperación técnica internacional, la consultoría y la docencia. Siempre con el objetivo de construir soluciones eficaces a problemas reales aplicando el método científico.