A raíz de la crisis sanitaria que vive nuestro país a causa del coronavirus, miles de empresas se han visto afectadas por el repentino freno en su producción y las formas limitadas de continuar atendiendo a sus clientes. De otro lado, los consumidores han tenido que adaptarse a nuevos procesos de compra de productos y/o servicios con el fin satisfacer sus necesidades y salvaguardar su salud.

Frente a ello, el e-commerce se ha convertido en una herramienta indispensable para continuar abasteciendo a los clientes bajo de la modalidad delivery, lo que a la fecha ha tenido gran acogida entre la población prometiendo convertirse en el principal modelo de negocio pospandemia. 

Es así que, según el último estudio de PayU, organización referente en tecnología financiera, durante el inicio del estado de emergencia, supermercados y farmacias registraron un crecimiento de 86% y 57% respectivamente, mientras que los servicios médicos incrementaron en un 39%  y los servicios de facturación electrónica lo hicieron en un 27%.

Perú creció 15 veces más en comercio electrónico en la última década, por lo que no estaríamos tan lejanos de acercarnos a la cifra calculada en el informe desarrollado por la Cámara Peruana de Comercio Electrónico (CAPECE), el cual establece que podría llegar alcanzar los US$14 mil millones al 2022. Ello nos lleva a reflexionar respecto a las estrategias digitales enfocadas en soluciones de negocio que, sin duda, deberán formar parte de miles de empresas de diversos sectores en nuestro país que aspiren mantenerse vigentes en el mercado. 

Es ahí donde aparece la llamada inteligencia artificial, famosa por ser una excelente herramienta          para generar oportunidades de negocio, aumentar la productividad y rentabilidad. En ella, encontramos herramientas que a lo largo de los años se han desarrollado de manera sorprendente, tal es el caso de Sparta AI, una solución que permite gestionar cada aspecto de las operaciones con clientes, desde la planificación hasta el control, en tiempo real, dando la posibilidad a cada miembro de la organización de planificar actividades y ajustar procesos, al instante, a fin de optimizar tiempos y maximizar los resultados.

Esto promueve que los clientes confíen en el servicio, incrementen los niveles de fidelización, generen mayor rapidez de respuesta ante situaciones de emergencia, reciban respuesta al instante y reduzcan la tasa de abandono de llamadas hasta en un 30%. Además, acelera el proceso de aprendizaje en ventas, solución de errores, entre otras, automatizando procesos e incrementando la calidad de atención al cliente en un 70%.   

A través del tiempo, las empresas que venden a través de Internet han encontrado la oportunidad para potenciar sus estrategias de negocio, basadas en información relevante del consumidor y con el fin de que, cuando acabe con esta pandemia, los sectores que mueven nuestra economía apunten a la digitalización 4.0 en sus servicios.