Como padres, es natural preocuparse por el crecimiento y desarrollo de los hijos. Particularmente en los meses recientes, muchos padres han tenido nuevos retos que resolver, y se han preocupado por la salud en general de sus hijos sobre todo por la salud inmune. Esto seguramente se ha debido a la pandemia de COVID-19 y los cambios relacionados con los hábitos personales y sociales.

Los padres quieren creer que la dieta de sus hijos apoya adecuadamente la salud, el crecimiento y las defensas del niño. Sin embargo, la realidad es que la dieta de muchos pequeños está lejos de ser la adecuada. Según el Instituto Nacional de Salud, Ministerio de Salud del Perú, el 89% de peruanos no consume las cinco porciones de frutas y/o verduras que recomienda la Organización Mundial de Salud (OMS) para garantizar la ingesta suficiente de vitaminas, antioxidantes y fibra.1 Por ello, la Dra. María Isabel Vera, Gerente Médico en Abbott, indica que especialmente para los niños, es importante incluir:

· Verduras y alimentos coloridos como brócoli, tomates, zanahorias, berenjenas, calabazas, y coliflor, etc.

· Fruta fresca como naranjas, mandarinas, fresas, plátanos, papaya, piñas, frambuesas, duraznos, lúcuma, chirimoya, uvas.

· Granos como pan, pasta, arroz, avena y cereales listos para comer (la mitad deben ser cereales integrales).

· Leche, yogurt y queso bajos en grasa o sin grasa o bebidas de soya y yogurt fortificados.

· Proteína como carne de res, pollo sin piel, pescado, huevos, paltas, sacha inchi, pescados grasos.

· Grasas saludables de aceites vegetales, paltas, sacha inchi y pescados grasos.

La Dra. Vera agrega que debido a que el cuerpo de los niños está en proceso de crecimiento requiere una buena nutrición, por ello no hay mucho espacio para:

· Dulces: como bebidas azucaradas gaseosas, galletas, dulces y helados. Idealmente, los azúcares agregados no deben proporcionar más del 10% de las calorías diarias de un niño[1].

· Las grasas saturadas pueden elevar los niveles de colesterol, aumentando el riesgo de enfermedad cardíaca en el transcurso de la vida. La grasa saturada se encuentra en la leche entera, la mantequilla, la crema, el queso con toda la grasa, el aceite de coco, las hamburguesas y los cortes grasos de carne. Trate de limitarlo al 10% de las calorías o menos.

· El sodio puede elevar la presión arterial. Aunque el sodio proviene de la sal, la mayor parte del sodio en las dietas de los niños proviene de alimentos procesados, comida rápida y comida para llevar, no del salero. Al igual que los adultos, los niños deben consumir un máximo de 2300 miligramos por día[2].

Centrarse en una dieta saludable que pueda apoyar la salud, el crecimiento y el desarrollo de todos los sistemas como el sistema inmune de tu hijo es más importante que nunca. Si el niño es melindroso al comer e impide que consuma una dieta equilibrada, un producto de nutrición especializada también podría ayudar.

Acerca de Abbott

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