Durante los primeros cuatro meses de este año, más de 200 personas decidieron acabar con sus vidas en el Perú, lo que podría significar que para finales de diciembre la cifra de suicidas supere los 614 que se registró en todo el 2020, debido principalmente al impacto de la pandemia por la COVID-19 que ha generado ansiedad y estrés crónico en la población, alertaron especialistas del Ministerio de Salud (Minsa).

La médica psiquiatra del Hospital Víctor Larco Herrera (HVLH), Julissa Castro, destacó que la carencia del acompañamiento social de la familia y amistades son factores importantes para esta tendencia.

“Las causas del suicidio son multifactoriales; sin embargo, con mayor frecuencia los pensamientos suicidas pueden ser el resultado de una situación muy abrumadora donde la persona siente que ya no puede afrontar, viendo la autoeliminación como una posible solución. Además, puede existir alguna condición genética sobre todo en quienes tienen antecedentes familiares que han cometido o han tenido intentos suicidas”, indicó.

En ese sentido, Castro recalcó que es importante que las familias estén atentas a las señales de los potenciales suicidas para evitar lo peor. Si la persona prefiere estar sola y tiene repentinos cambios de humor; aumenta o comienza el consumo de drogas y/o bebidas alcohólicas descontroladamente, y realiza actividades autodestructivas o arriesgadas.

Si se le escucha hablar constantemente sobre el suicidio con frases como “me voy a suicidar” o “desearía estar muerto”, compra medios para quitarse la vida como armas, pastillas, raticida, entre otros, o hace testamentos repentinos o empieza a regalar objetos personales, esas conductas manifiestan una intención de acabar con su vida.

“En cualquiera de estos casos, se debe identificar las señales de peligro cercanas, tales como armas de fuego, pastillas, cordeles, cables, cuchillos, líquidos de limpieza y proceder a guardar todos los instrumentos para prevenir que se haga daño”, instó.

Posteriormente, se le deberá acompañar para que pueda tratarse con un profesional, demostrándole en todo momento que se está para escucharlo y ayudarle.

“Se debe buscar a especialistas en el servicio de emergencia psiquiátrica para poder manejar la crisis suicida. El médico tomará la decisión si se requiere algún internamiento, pero lo más importante es el soporte emocional familiar al menos durante el primer mes”, puntualizó.

Asimismo, sugirió que es sustancial conversar acerca del suicidio, mantenerse conectados con la familia y amistades a pesar del distanciamiento físico para una prevención oportuna.

“En estos tiempos de pandemia se debe evitar los conflictos en el hogar, así como mantener una comunicación asertiva, las rutinas con horarios establecidos de tareas y ocio, y las clases escolares. Además, realizar deporte cumpliendo con todas las medidas de bioseguridad, para lograr un estilo de vida armonioso”, recomendó.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada 40 segundos se suicida una persona, siendo en su mayoría jóvenes entre los 15 y 29 años.