El Instituto Geofísico del Perú (IGP) recordó que las primeras observaciones de la ionósfera de nuestro planeta se registraron entre el 22 y 28 de abril de 1961, lo que significó un gran avance para la ciencia y colocó al Perú como país pionero en realizar este tipo de estudios.

Este paso científico fue posible gracias a la construcción de un potente radar en el Radio Observatorio Jicamarca del IGP. Gracias a ello, el órgano adscrito al Ministerio del Ambiente, marcó el inicio de múltiples trabajos de investigación sobre esta importante capa de la atmósfera.

Hernando Tavera, presidente ejecutivo del IGP, señaló que la necesidad de estudiar esta importante capa de la atmósfera surgió a finales de los años 50 con el inicio de la carrera espacial, marcada por el lanzamiento de satélites al espacio.

A partir de entonces, refirió, se realizaron aportes importantes desde el Perú sobre el estudio de las capas externas de la Tierra que, hoy en día, cuyos fenómenos afectan los sistemas de comunicaciones satelitales y de radionavegación a nivel nacional e internacional.

Construcción de radar

Por su parte, Marco Milla, investigador del IGP, precisó que, en 1960, en un esfuerzo interinstitucional entre el IGP y el National Bureau of Standards (NBS) de los Estados Unidos, se inicia la construcción del radar ionosférico más grande y potente del mundo ubicado en la quebrada Jicamarca, en las afueras de Lima.

El desarrollo de este importante avance científico en nuestro país estuvo bajo la dirección del Dr. Kenneth Bowles —quien en plena construcción del radar y con sólo un octavo de la antena principal operativo— realizó las primeras observaciones de la ionósfera sobre el cielo de Jicamarca.

Estas acciones fueron registradas el 22, 27 y 28 de abril de 1961, y consistieron en la medición de perfiles de densidad de plasma de esta capa de la atmósfera alcanzando alturas cercanas a los 1000 km.

Han pasado 60 años de este importante hito en la historia de la ciencia y las contribuciones científicas del Radio Observatorio de Jicamarca del IGP sigue siendo fructíferas, que lo pone a la vanguardia de la tecnología y formación de nuevos investigadores, para continuar estudiando a la ionósfera y otros fenómenos relacionados con el clima espacial.